“⁠En ella (La Abundancia) encontramos a una mujer satisfecha, tumbada, rodeada de cosechas y, por tanto, de riquezas. Esta carta está relacionada con Venus —amor y fecundidad—, con Deméter —fertilidad— y con el yin. El yin es la energía femenina que recibe a la vez que nutre. Es el cauce por el que pasa el río. Es la copa que llenamos de vino. Él es útero simbólico en el que puede crecer la vida. Las brujeres encarnamos a la Emperatriz cada vez que recibimos algo, pero, para aceptar tales regalos, hay que empezar por creer que los merecemos. Y aunque parezca difícil, todas podemos hacerlo; recibir y dejarnos llevar para celebrar lo que la vida nos ha dado y lo que hemos conseguido y, al mismo tiempo, dejar bien claro que tenemos la intención de seguir recibiendo.

Los actos mágicos para aceptar y generar abundancia son simples y no tienen por qué ser fáciles, ni tampoco que ver con el dinero. Aún me cuesta explicarle a la gente que estoy escribiendo un libro. Hablar de ello me despierta sentimientos de vergüenza al pensar que los demás creerán que estoy presumiendo. Aunque me sea difícil y me dé un apretón en la boca del estómago, me esfuerzo por sacar el tema cuando la gente me pregunta qué es lo que hago. No es por ellos, es por mí. Es mi proceso mágico para honrar lo que he conseguido sin empequeñecerme. Así que, dime, brujer, ¿dónde y cuándo te empequeñeces? ¿Te da apuro aceptar lo que es tuyo? ¿Hay alguna convicción que te guíe a pensar que el dar es siempre mejor que recibir? La cruda realidad es que conozco a pocas mujeres a las que recibir se les dé bien. Piensa en algo tan básico como los halagos. ¿Cuántas veces has recibido un comentario positivo sobre ti diciendo «gracias»? Más aún, ¿cuántas veces alguien te ha adulado y te has atrevido a responder con un simple «ya lo sé» o «¿a qué sí?»? Y aún más: tal vez conozcas a una brujer que practica esa simple pero poderosa respuesta y no puedas evitar juzgarla pensando que se lo tiene creído.”

Brujeres: Destapa tu fuerza interior, transforma tu mundo y crea tu camino como brujer